El Asperger, parte del espectro autista, puede pasar desapercibido durante muchos años. Tal vez sentís que te cuesta entender códigos sociales, que preferís la rutina, o que te abruman ciertos estímulos. Este artículo está pensado para vos: para darte claridad, acompañarte sin juicio, y contarte cómo abordar el tema con ayuda profesional en Chile.
El Síndrome de Asperger forma parte del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Es una condición del neurodesarrollo que afecta principalmente la forma en la que una persona se comunica, se relaciona con los demás y procesa la información del entorno.
No es una enfermedad. No se "cura". Es una manera distinta de estar en el mundo.
Quienes presentan este perfil suelen tener una inteligencia promedio o superior a la media, intereses muy específicos y una necesidad fuerte de rutina. Pero también pueden tener dificultades para:
Entender el lenguaje no verbal (gestos, tono de voz, expresiones faciales).
Interpretar el sarcasmo o los dobles sentidos.
Iniciar o mantener conversaciones espontáneas.
Adaptarse a cambios imprevistos.
¿Cómo se manifiesta en adultos?
Aunque el diagnóstico suele hacerse en la infancia, muchas personas llegan a la adultez sin saber que están dentro del espectro. Pueden haber sido catalogadas como "raras", "introvertidas", "poco empáticas", o incluso sufrir ansiedad o depresión por sentirse constantemente fuera de lugar.
Algunas señales comunes en adultos:
Preferencia por rutinas estrictas y dificultad para adaptarse a imprevistos.
Intereses intensos en temas muy específicos.
Dificultad para interpretar el lenguaje social o entender bromas.
Sensibilidad a ruidos, luces, texturas o multitudes.
Tendencia a tomar las cosas de forma literal.
Sensación de "estar actuando" para encajar.
Si algo de esto resuena con vos o con alguien que querés, no estás solo/a. Y no es “todo tu culpa”: puede haber una explicación.
En Chile, el diagnóstico de Asperger (hoy en día incluido dentro del espectro autista sin subtipos en el manual DSM-5) lo realiza un profesional de la salud mental: generalmente un psicólogo clínico o psiquiatra especializado.
El proceso suele incluir:
- Entrevistas clínicas.
- Evaluaciones cognitivas y de comportamiento.
- Revisión de historia personal, escolar y social.
- Cuestionarios estandarizados.
Importante: el diagnóstico no es una etiqueta que limita, sino una herramienta para conocerse mejor y acceder a recursos que antes no estaban disponibles.
No existe un tratamiento único porque no hay una única forma de ser Asperger. El enfoque depende de cada persona, sus desafíos y fortalezas. Pero en líneas generales, un buen acompañamiento puede incluir:
1. Psicoterapia individual
Para trabajar la ansiedad, regular emociones, mejorar habilidades sociales o acompañar procesos de autoaceptación.
2. Terapias específicas
Algunas personas se benefician de enfoques como la terapia cognitivo-conductual, entrenamiento en habilidades sociales o programas psicoeducativos.
3. Apoyo psiquiátrico
En casos donde hay comorbilidades como ansiedad, depresión o TDAH, se puede evaluar el uso de medicación complementaria.
4. Red de contención
Grupos de apoyo, terapia familiar o espacios seguros donde compartir la experiencia sin juicio, también son claves.
En Chile existen distintos centros, psicólogos independientes y plataformas como Tu Terapia que ofrecen apoyo psicológico online y presencial con profesionales especializados en neurodivergencias.
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Porque el diagnóstico y el tratamiento no buscan cambiar quién sos, sino ayudarte a entenderte mejor.
Muchas personas experimentan alivio al encontrar una explicación a lo que sintieron toda la vida.
El acompañamiento adecuado puede:
- Mejorar la autoestima.
- Reducir la ansiedad.
- Fortalecer relaciones.
- Potenciar tu autonomía.
- Abrir nuevos caminos laborales, sociales y emocionales.
¿Y si no quiero “encasillarme”?
Entendemos esa duda. No se trata de “ponerle un nombre” a todo, sino de darte herramientas para vivir con más libertad. Comprender que tu cerebro funciona distinto no te limita, te empodera. No estás solo/a. No sos raro/a. No sos débil. Sos neurodivergente. Y eso también tiene un valor.
Puede que este artículo te haya hecho pensar en vos, en tu hijo, en tu pareja o en un amigo.
Si algo resonó, el primer paso no es resolverlo todo, sino empezar a hablarlo. Tal vez te acompañamos en ese camino 💚
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