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Mi foco no está únicamente en aliviar síntomas como ansiedad, estrés o malestar emocional, sino en ofrecer un espacio de reflexión y trabajo psicológico que permita comprender lo que está ocurriendo, identificar patrones que se repiten, regular emociones y fortalecer la capacidad de tomar decisiones más conscientes y alineadas con la propia vida. La terapia es un proceso progresivo, que se evalúa y ajusta en el tiempo, respetando los ritmos reales de cada persona.

Trabajo con personas que atraviesan crisis vitales, procesos de cambio, desgaste emocional, conflictos relacionales, dificultades para poner límites, alta autoexigencia o sensación de estancamiento, especialmente cuando han intentado otras alternativas y sienten que necesitan un abordaje más profundo y serio.

Concibo el espacio terapéutico como un lugar seguro y contenido, pero también honesto y reflexivo. No entrego instrucciones prefabricadas ni promesas de soluciones rápidas. El trabajo se construye de manera colaborativa, con acompañamiento profesional y preguntas que invitan a pensar, comprender e integrar la propia experiencia, favoreciendo cambios que se sostengan en el tiempo.

Si buscas un proceso terapéutico personalizado, basado en evidencia y orientado a una comprensión más profunda de ti mismo y de tu forma de relacionarte con el mundo, este puede ser un buen espacio para comenzar.