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¿Qué hacer cuando experimentamos emociones negativas?

En esta oportunidad vamos a valorar qué son las emociones y cómo lidiar con las emociones negativas. Si bien no podemos dejar de experimentar ira, frustración o incluso tristeza ocasionalmente, sí podemos aprender a gestionar lo que sentimos.

Todas las emociones pueden aportarnos algo, y en esto las llamadas emociones negativas no se excluyen. Por ejemplo, sentirnos frustrados nos ayuda a comprender que hay unas necesidades que no hemos suplido, pero que nos impulsan a evolucionar.

Descubre cómo aprender a gestionar las emociones complicadas y cómo aumentar tu nivel de inteligencia emocional. 

¿Qué son las emociones?

Iniciemos por definir qué son las emociones, se trata de una serie de respuestas que emite nuestro cerebro en función a la exposición de una serie de estímulos. Por ejemplo, podemos evocar el recuerdo de la muerte de nuestra mascota y sentir tristeza ante ello. 

Por otro lado, las ideas y las situaciones en particular, también nos conducen al despertar emocional. Supongamos que te cuentan que te has ganado la lotería, es un hecho importante que seguro te hará sentir asombro y dicha.

En la producción de las emociones, específicamente en torno a la parte de la captación de estímulos, hay tres componentes básicos. Por un lado, tenemos la experiencia subjetiva que se asocia con el desencadenamiento de la emoción.

Por otro lado, tenemos una respuesta fisiológica que es inmediata a las reacciones que produce el cuerpo de forma involuntaria como al aumento del ritmo cardíaco o a sonrojarse, por citar algunos ejemplos.

Luego tenemos la respuesta conductual, que es básicamente la reacción a nivel de nuestra conducta respecto a lo que pasa. Por ejemplo, podemos experimentar enojo y tener actitudes impulsivas.

Tipos de emociones

En cuanto a las emociones, tenemos un grupo conocido como emociones positivas y otro como emociones negativas. A continuación, vamos a contarte en qué consisten ambas categorías.

Emociones positivas

Las respuestas agradables o que se perciben como placenteras, suelen ser muy bien recibidas. De hecho, tienen un impacto directo en cuanto a la percepción del bienestar. 

Una persona con un estado óptimo en cuanto a su salud mental es capaz de presentar un nivel adecuado en ámbitos como su bienestar general. Por supuesto, esto influye de forma positiva en el humor o el estado de ánimo.

Emociones negativas

Las emociones negativas a menudo nos hacen sentir una gran inconformidad. Pueden tener una afectación en otros ámbitos como la autoestima o la confianza personal. 

Si bien es cierto que podemos sentirnos eventualmente de este modo, no debería afectar nuestra calidad de vida. De hecho, cuando comienzan a limitar de esta manera es de vital importancia recibir ayuda psicológica.

¿Sientes que tus emociones te abruman y te impiden llevar a cabo tus actividades diarias? En ese caso, es importante solicitar una consulta psicológica en Chile o donde te encuentres, brindamos sesiones online.

7 emociones negativas y sus principales funciones

Las siguientes son algunas de las emociones negativas que solemos experimentar a lo largo de la vida. Aunque son vistas desde una connotación como desagradable y que nos conducen a un gran malestar, la verdad también podemos aprender de ellas. 

Muchas emociones negativas pueden conducirnos a una gran introspección, es de vital importancia consultarnos por qué nos sentimos de una determinada manera. 

Las emociones tienen mucho que enseñarnos y suelen adherirse a un trasfondo asociado con nuestras expectativas y nuestras intenciones de conducirnos a una evolución constante.

Ansiedad

La ansiedad además de formar parte de las patologías mentales (cuando se presenta de forma crónica), es también una emoción. 

Su función es ayudarnos a anteponernos al futuro, está implícito en la supervivencia y prevención de los riesgos o de aquellas consecuencias que estimamos como negativas.

Miedo

Es una emoción y una importante respuesta instintiva, sobre todo podemos tener esta reacción cuando nos enfrentamos a lo desconocido. 

Asimismo, su función es la de permitirnos estimar cuando estamos en peligro, así que nos impulsa por nuestra supervivencia. El miedo cuando se da en situaciones en donde se ve exagerado o cuando se da con frecuencia, supone una desventaja.

Asco

Se relaciona con una sensación de desagrado, puede darse cuando estamos ante situaciones que nos causan repulsión. Por ejemplo, tras percibir a un animal muerto. 

Tiene una función importante dentro de la supervivencia, por ejemplo nos permite rechazar alimentos en mal estado. 

Envidia

La envidia puede producirnos ira y en algunos casos resentimiento, se asocia con la insatisfacción ante el éxito de alguien más en contraposición con nuestras propias carencias.

Es importante reconocer que las carencias nos hablan de necesidades que no hemos suplido, por ejemplo al sentir envidia por un logro que no has podido alcanzar. Esto nos puede alejar de lo que realmente importa, centrarse en el progreso personal. 

Ira

Todos podemos sentir ira en algún momento, puede ocurrir ante una injusticia o ante algo que ha ocurrido y que nos ha hecho sentir perjudicados. 

La ira es una emoción que nos impulsa o nos conduce a actuar de una forma negativa algunas veces, en casos muy puntuales incluso da paso a tendencias violentas.

Culpa

La culpa nos puede llegar a hacer experimentar inseguridad o incluso puede hacer que nos sintamos insatisfechos con nuestras acciones. 

A menudo, nos permite reflexionar acerca de que no hemos actuado según lo moralmente fijado por la sociedad. Lo ideal en este caso es pedir disculpas para resarcir cualquier malestar.

Tristeza

Sin duda, es de las emociones más complicadas de todas. Puede llegar cuando sentimos que hemos perdido algo o cuando nos enfrentamos al fracaso. 

Resulta importante parar un momento y reflexionar, ver hacia adentro de nuestro dolor y comprender de dónde viene el sufrimiento. 

¿Cómo manejar las emociones negativas y evitar que nos abrumen? 

Es importante que pases tiempo de calidad contigo mismo y puedas reflexionar acerca de tus emociones. Asimismo, debes valorar qué pasa antes de experimentar emociones negativas para estimar de dónde vienen los estímulos.

Finalmente, no solo hay que mirar de dónde vienen si no también lo que hacemos ante dichas emociones. Todo esto nos puede ayudar a tener una autorregulación de las emociones, evitando que caigamos en impulsos y cometamos ciertos errores.

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